domingo, 27 de febrero de 2011

LA NIÑERA


Todo ocurrió durante una fría noche de invierno, cuando Christen Black, una universitaria de 19 años de edad, tuvo que hacer las veces de canguro para conseguir algo de dinero. La joven debía hacerse cargo de los hijos de un matrimonio que vivía dos calles más debajo de su casa.

Eran 2 niños de 4 uno y año y medio el otro, que apenas le causarían problemas. A las 10 de la noche la chica acudiría a la casa donde pasaría la peor noche de su vida..

La casa era de dos plantas y una buhardilla, arriba se encontraba la habitación de los niños y matrimonio, en la parte de abajo estaba el salón donde Christen estudiaría mientras estaba al cuidado de los pequeños.

A las 10:30 les puso el pijama y les acostó. El tiempo comenzó a pasar lentamente y por fin llegó la media noche, el cielo estaba oscuro y comenzó a llover. Minutos más tarde el tiempo empeoró hasta formarse una terrible tormenta. Por una subida de tensión, las luces de la casa se fundieron una tras otra y la chica notó como un escalofrío recorría todo su cuerpo; de pronto sonó el teléfono, la niñera se apresuró a cogerlo pensando que serían los padres de los niños.

Lo que escuchó al otro lado del teléfono fueron uno gruñidos que la aterraron, era una voz profunda y tétrica. La joven no entendía lo que le decía la voz y el miedo la invadió por completo.

Se dio cuenta de que la casa estaba completamente helada, pero no podía imaginarse de donde procedía el frío. Estaba segura que todas las ventanas permanecían cerradas, ya que ella misma lo había hecho tras acostar a los niños.

El teléfono comenzó a sonar de nuevo; en ese mismo instante oyó los gritos procedentes de la habitación de los chiquillos, nerviosa se dio cuenta de que podía utilizar el localizador de llamadas y así descubrir de donde venía la voz que estaba asustándola. Pulsó la tecla de localización y esperó unos instantes, hasta que oyó el “bip” que solucionaría el misterio; esto no hizo que se tranquilizara, todo lo contrario, ya que la chica descubrió que las llamadas venían de… LA HABITACION DE LOS NIÑOS!!!!!!.

Por el auricular pudo escuchar como una voz de hombre le decía con tranquilidad:

“Quédate ahí quieta, enseguida bajo a buscarte….”

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